Los inicios…

Sentado en el autobús, camino del centro de la ciudad voy fijándome en las calles del barrio, en lo que ha cambiado desde hace 50 años. 

Por aquel entonces, prácticamente no existía nada de lo que conocemos. Llegar al centro era toda una odisea. Cerca sólo había una línea de autobuses (el 7) y teníamos que cruzar la pista de Silla (entonces sí que era una pista) para acercarnos a la parada del bus. Si queríamos ir a la playa (en el amarillo), casi tardabas más que ir a Madrid en el AVE y a comprar, al Mercat de Russafa (otra odisea). Eso sí, estábamos rodeados de huerta y de muchos roedores. Estábamos casi en un pueblo; a quince minutos (de los de hoy) del centro. Cómo en todo “pueblo” que se precie teníamos bares; no muchos, que yo recuerde dos. 

En uno de esos bares, El Villar, es dónde empieza la historia de nuestra falla. Allí un grupo de vecinos y mediante una circular que confeccionó Víctor Schaffino se dió germen a la falla.

Se nombraron los cargos, se formó la Comisión y tras los oportunos trámites administrativos la Falla tomó, como tal, carta de naturaleza. Había nacido la Falla Ausías-Na Robella y ésta es nuestra historia… 

Cómo podéis imaginar conseguir información de esos primeros diez años ha sido una tarea bastante difícil, a continuación, observaréis una serie de fotografías y documentos que hemos podido rescatar de los archivos de Junta Central Fallera y de particulares.